Hoy no quiero tener todo que ver con tus caderas.
Me he levantado de golpe y sollozo,
descontando los segundos que nos suman de espera.
Vamos a clavar las rodillas sobre relámpagos de acero
para que la luz nos ciegue la razón bajo iones de besos.
Que estallen a quemarropa,
que nos marque las heridas
la evidencia de tu huida
y la mía.
Hace tiempo que he hecho del insomnio derrotado
la expresión perfecta de la indiferencia vacía.
La tuya,
y la mía.
Éste me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog y descubrirme el tuyo :)
¡Nos leemos!
Me alegra que te haya gustado, gracias por pasarte :)
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